Es tu esencia que emana desde dentro
como gotas de roció que refrescan mi cuerpo
en el que te deslizas buscando sus secretos...
La certeza de tu alma forma parte de mí
ser
que infranqueable busca los secretos de
la intimidad
misteriosa e indefinible, absoluta, mujer
preservas las pasiones, el amor, lo
increíble,
encarnas la voluntad de la vida
y
vibrante esculpes la virilidad que me descifra.
Y se hincha el corazón de ternura, y de
gozo
en un ciclo infinito que entre la vida y
la muerte
preserva inagotables cascadas de
renacimiento
para estar en ti y siendo tú mi propia
existencia
donde la luz y la sombra se funden,
encarnando el matiz de la eternidad
que vierte en crepúsculos la
incesante felicidad
al verte, al sentirte, al tenerte.
Eres tú mujer la espiga que da savia
que madura en las entrañas
que fecunda la vida
en un misterio supremo y clarifica,
indómita guerrera de encantos
naturaleza que sorprende.
Tú
Que eres redención, frenesí
imagen de mi propio destino
origen que reanuda y rompe la soledad,
el silencio que calma las pasiones,
circunda el sentido de mi camino errante
que sin límite ni tiempo me lleva a ti,
a tu esplendor de mujer hermosa
forjando entre sombras y luces el amor
vivo
puro, inmaculado que fecundo
nos
lleva a toda aventura
para ser en nosotros mismos
rompiendo toda norma
al alcanzar las zonas profundas
de
nuestro ser, de nuestro corazón
que en feraz llama cristaliza,
y nos lleva por el camino de la
resurrección.
Mujer divina, mujer de amor
reviste mi carne y hazla a tu forma
transforma y contén este ser
que es tuyo, que te ama,
identifica con tu erotismo lo prohibido
y sella el pacto de amor,
abre el tiempo y disuelve en manantial
las raíces que afloran en el alma
las puertas de la comunión
que recrea sin cesar los misterios del
amor,
el tuyo, todo, todo en mí contenido.